1
De cualquier modo que actúes
Siempre estarás suscitando fuerzas contrarias.
Por eso los sabios prefieren los brazos cruzados
Y que Dios haga de las suyas.
2
Lugares había cuyo acceso estaba vedado a los jóvenes.
Los hay ahora en donde los jóvenes no permiten la intromisión de los viejos.
Protestaban los jóvenes por sentirse excluidos.
Comprenden los viejos y aceptan, no sin cierta saudade, mas con algún regocijo por su relevo.
Es como si dijesen: “Nosotros ya nos vamos, ¡adiós, adiós!”. Y agitando el pañuelo: “¡Paciencia, chicos!”.
3
Tuve el tifo exantemático. Esto fue en Niverengo. Y después tuve la erisipela.
Pero antes había tenido la tosferina y la rociola, en las ácidas tierras del Cauca,
Donde también padecí la fiebre amarilla y el paludismo, y me tuvieron que aplicar la raquídea.
Estaba apenas convaleciente cuando me atacaron a un tiempo, por insinuación de Jehová, la angina de pecho, la sinusitis y una cefalea crónica.
Sufrí poco después la inflamación de la pleura, la meningitis, la bronconeumonía.
Me hicieron la radiografía, la biopsia, el encefalograma.
Quedé con la hernia inguinal, la hemofilia, la leucemia,
La arteriosclerosis.
Y la vasectomía.
4
Estuve en Anolaima, en Anaime, fui alcalde en Anzá, inspector en el Nechí,
Estuve con Gabriel en Ambalema, es Sutatausa, en Moniquirá,
Fui de paseo a Majagual, anduve un tiempo por el Vichada, Campoalegre, Vistahermosa, Coconuco, el Tonusco,
No dejé de ir a Natagaima, Salamina, Cucunubá, Iscuandé,
Visité a Ramiriquí, conocí la Serranía del Perijá, los llanos de Ayapel, atravesé el Catatumbo,
Me detuve en Charalá, en Armero, en Uribia, en Zapatoca,
Viví un tiempo en La Virginia, en Angelópolis, en Contratación y en El Difícil,
Tuve amigos en Abriaquí, en Cumaral, en Sandoná, en Ansermanuevo y en El Cocuy,
Pasé dos veces por Duitama, con Eduardo Mendoza fui a Guateque, y aunque este no es un poema turístico almorcé viudo de pescado en La Dorada.
También estuve trabajando en Cajamarca, en Boavita, en Fusagasugá, en Campo de la Cruz,
Tuve un empleo de escribiente en El Doncello, de secretario en Jamundí, recolector en Patiobonito, jardinero en Dosquebradas,
En San Onofre tuve una novia, en Sahagún y en María la Baja,
Me embarqué en el Guaviare, fui a salir a Calamar,
Pernocté en Dagua, en Dabeiba y en Dibulla,
Anduve por Saravena, por Simití, Circasia, Piendamó, La Rochela, por el Ariari, por Mocoa.
Me contabas, la otra noche, que habías estado es Rochester, en Manchester y en Stuttgart.
5
Practiqué la sinestesia, la ataraxia, la calistenia,
Toleré la falencia, la exacerbación y la asepsia,
Conviví con la sevicia, la astucia, la avaricia, la sandez,
Me aficioné a la gimnasia, el sofisma, la frecuencia y la praxis.
Conocí la fragancia, la adolescencia, la franquicia y la vagancia,
La ofuscación, la picardía, la truculencia y el éxtasis,
Disimulé la retórica, la disnea, la infidelidad, la gramática,
La afasia, la carencia, la sintaxis y la estética.
Deseché la obsolescencia, la ñoñez, la asiduidad, la destreza,
El paroxismo, la ufanía, la mitomanía, la catalepsia.
Cultivé la estulticia, el frenesí, la catarsis y el adefesio,
La cleptomanía, la anuencia, la falacia y el síndrome.
Y, por supuesto, el furor uterino y la prostitución.
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Yo, que empeñado en las rimas, terminé encontrando en tu prosa la más sublime sensación de amistad. Yo, que obsesionado por los cuadrados y el orden, cree contigo planetas. Yo, que me pierdo y aparezco. Que soy como el café que se cuela en tus labios cada día. Un poco negro, un poco turbio. Un poco franco, un poco fuerte. Yo que con sólo leerte, vuelo a Magzidia, ruego crees y no cites. Una pena no encontrar tu pluma a mi vera esta noche. Recibe, en todo caso, un abrazo tremendo.
ResponderEliminarSiempre te recuerda con cariño,
Igor
www.murray-espacio.blogspot.com